littlefrank

martes, junio 17, 2008

James Worthy: La tercera vía de los Lakers


Inmersos en pleno playoff de las finales por el anillo de la NBA (esos Celtics que me van a joder a Lakers, mecauen!!!), el periodista de Marca, Santiago Segurola, escribió algunos artículos en torno a la fase de playoff y a la final más clásica de la NBA. Éste que tenéis a continuación me llamó la atención por estar dedicado a un jugador muy comentado en nuestra pandilla:

La carrera de James Worthy es singular. Fue el nº 1 del draft de 1982, tras una impecable trayectoria en la Universidad de North Carolina, donde fue la figura del equipo que ganó el primer título para el legendario Dean Smith. Con estas credenciales podría pensarse que Worthy estaba destinado al estrellato. Sin embargo, en su camino se cruzaron dos de las luminarias más grandes que ha visto el baloncesto: Michael Jordan en North Carolina y Magic Johnson en los Lakers. No sólo sobrevivió al peso de ambos, sino que se construyó una identidad al margen de ambos. Siempre fue un gran jugador, pero en los play offs era sublime.


En la final universitaria de 1982, Worthy anotó 28 puntos, encestó 13 de 18 tiros e interceptó el pase que permitió la canasta ganadora de North Carolina frente a los Hoyas de Georgetown, donde el jovencísimo Patrick Swing era un coloso defensivo y Sleepy Floyd causaba estragos con su facilidad anotadora. Pero la canasta decisiva no la consiguió Worthy, sino un novato que nunca hizo ascos al último tiro. Era Michael Jordan, en su primera gran irrupción en escena. Elegido en el primer puesto del draft por los Lakers, Worthy recaló en un equipo encabezado por Magic Johnson y Kareem Abdul Jabbar, con Jamaal Wilkes, Norm Nixon, Bob McAdoo y Michael Cooper como secundarios de lujo. De poco servía presentarse como número uno del draft ante semejante elenco.

Cuando ingresó en los Lakers, James Worthy era un atleta perfecto. Medía 2,05 y era un rayo en la pista. Se sospechaba de su tiro exterior, pero la respuesta de Worthy apagó cualquier duda. No era un tirador puro, simplemente sabía elegir el momento del tiro. Si por algo se distinguió, y se distinguió en infinidad de capítulos, fue por su altísimo porcentaje de acierto en los lanzamientos. En parte se debió a su culminante papel en el contragolpe, del que los Lakers hicieron un arte. Dirigidos por panorámico Magic Johnson, los Lakers corrían la pista como nadie. Contragolpes eléctricos, brillantes, imaginativos, casi siempre terminados a una mano por Worthy. Una maravilla del baloncesto.

Worthy era como los grandes secundarios que se crecen cuando tienen la oportunidad de interpretar el papel principal. Eso ocurría en los play offs. Todos sus números crecían apreciablemente cuando comenzaba la parte decisiva de la temporada. En esos momentos era tan estrella como Magic o Kareem. Incrementaba la intensidad de su juego sin perder finura en sus decisiones. Apenas se le conocieron lanzamientos de tres puntos, ni tiros forzados. Tampoco era un jugador unidimensional, el típico atleta que aprovecha sus condiciones físicas para acabar la obra que otros han comenzado. Un clásico de Worthy era su eléctrico juego de pies. En este aspecto, pocos le han superado. Hakeem Olajuwon lo elevó a la categoría de arte, pero Worthy tenía poco que envidiarle. Hacía diabluras en el poste bajo, de espaldas a la canasta, donde fue imparable en algunas temporadas. Podía superar al defensor de mil manera diferentes: con unos reversos instantáneos, elevándose sobre su marcador si era más bajo, anotando por el lado imprevisto (manejaba la mano izquierda con eficacia en las aproximaciones a canastas) o retirándose hasta los cinco metros para levantarse en suspensiones perfectas.

Ganó tres títulos con los Lakers y fue decisivo en todos. En ninguno brilló tanto como en las series que ganaron a los Pistons en 1988. Kareem estaba en el ocaso y Magic no atravesaba su mejor año. Una vez más surgió James Worthy. Los Lakers había alcanzado la final de la Conferencia Oeste con más dificultades que nunca. Las batallas comenzaban a pesar en las piernas de los más veteranos. Los Pistons eran jóvenes, duros, atléticos y disponían de fantásticos jugadores, con Isiah Thomas y Joe Dumars a la cabeza. La serie fue tremenda. Los Lakers querían repetir el título de la temporada anterior. Los Pistons creían que les había llegado la hora. Había acabado con la dinastía de los Celtics en la Conferencia Este y ahora se disponían a abordar al gigante de la Costa Oeste.
Aquellos play offs se resolvieron en el séptimo partido. La estrella fue Worthy, que por fin alcanzó la celebridad merecida. En el encuentro decisivo, logró un triple doble: 36 puntos, 16 rebotes, 10 asistencias. Fue el partido de su vida. Sin embargo, no sorprendió a nadie. Siempre elevó su juego en los grandes partidos. Esta vez le tocó eclipsar a Kareem Abdul Jabbar y Magic Johnson. Fue nombrado MVP de la serie final y su gesta figura entre las más recordadas por los aficionados de los Lakers.

Estadísticas:

Los Ángeles Lakers (1982-1994).

Temporada regular: 17,6 puntos, 5,1 rebotes, tres asistencias. 52% de aciertos en los lanzamientos. 992 partidos.

Playoffs: 21,1 puntos, 5,2 rebotes y 3,2 asistencias. 54,4% de acierto en los lanzamientos.


P.D.: Dedicado a nuestro amigo Trallero

1 Comments:

  • Grande Worthy, el mejor juego de pies de la historia de la liga con permiso del bailarin de claquet D.Hakeen Olajuwon.Ademas los jugadores con gafas como el y Kareem molaban mazo.Excelso jugon.

    By Blogger trallitocamarito, at 3:55 p. m.  

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