MADONNA EN ZARAGOZA

Debido a la falta de conexión a Internet que he padecido estos días, este post no ha podido salir antes. Mis disculpas. ¡Madonna en Zaragoza! Aquí al lado, a 45 minutos en coche, pudimos disfrutar de uno de los iconos más grandes del siglo XX. Y que tiemble el siglo XXI, porque esta mujer está espectacular en todos los ámbitos.

Junto a Chevi, Andrés y Trallero (Tito también estuvo por otro lado) disfrutamos de dos horas exactas de un despliegue de imágenes, música y baile espectaculares. Al situarnos frente al escenario fue asombroso comprobar la cantidad de focos que iba a utilizar el show. El Dj Paul Oakenfold, telonero, animó el cotarro antes de la Reina bajo un sofocante calor.

Cuando le tocó el turno a la protagonista, inició el concierto como lo que es, la REINA. Sentada en un trono con forma de M y completamente de negro comenzó un despliegue de recursos audiovisuales solo al alcance de los más grandes. Pantallas móviles, luces por doquier, coreografias multitudinarias, etc. Todo, todo, todo medido al milímetro.
Cada canción (ya no solo las enteras, sino los enlaces de una a otra) con su debida escenificación. Ni un segundo sin música. Destacables el Rolls Royce que sacó en la segunda canción (que ahora no recuerdo), el homenaje a Michael Jackson en el final de “Holiday”, el muerdo a una de sus bailarinas, “La isla bonita” en plan zíngaro, “Music”, y en definitiva, cada uno de los 120 minutos que estuvo en el escenario. En cada uno pasaba algo.
Lo único que le reprocho, y todos los que estábais allí me lo oísteis decir, fue su despedida a la francesa. Despídete como Dios manda y haz un bis, mujer!!! Si además te habías dejado “Hung Up” que la llevas tocando toda la gira!!!
Esto se lo reprocho solo a Madonna. A la organización del evento y a los cheposos que se empeñan en ir una y otra vez a la Feria de Muestras a celebrar conciertos, les digo que aprendan de una puñetera vez a saber mover a tanta cantidad de gente. Como ya habréis leído y oído, fue lamentable.