littlefrank

miércoles, abril 06, 2005

PEL ON TOUR 2005: MARK KNOPFLER, Pabellón Príncipe Felipe, Zaragoza, 3 de Abril.

« Interrupción en la clase del `profesor Knopfler´”

Nueva expedición musical por parte de Littlefrank. Chevi, Trallero, Almodóvar con su novia, Vicente Jover y un servidor gastamos la tarde de ese domingo en desplazarnos a Zaragoza para asistir al recital de otra leyenda andante como es el ex líder de Dire Straits, Mark Knopfler.
A nuestra llegada, colas de gente interminables rodeaban el pabellón suscitándonos una gran extrañeza ya que aún faltaban 90 minutos para el comienzo. No les hicimos caso y nos fuimos a tomar una cerveza al lado. Luego vimos que las colas eran para coger sitio en la grada, lo que dice mucho del tipo de asistentes al evento. Nosotros abajo (que también se estaba de cine), menos Almo y pareja. Allí, a pie de escenario nos juntamos con gente de Almudévar, con la que siempre es un placer compartir estos actos.
Con una puntualidad milimétrica salía el artista (escocés y no americano), sin aspavientos y mostrando como llevar de manera sencilla, plana y tranquila el ser un icono del rock de las últimas décadas. A sus 55 años, con gafas, canosa cabellera y su inseparable guitarra colgada daba inicio al recital. Estuvo acompañado por un guitarra, un bajo, baterista, piano y órgano de edades similares. Lo hacía en un escenario sobrio, escueto y sin alardes.
Ninguno de los que íbamos éramos grandes seguidores del artista, pero nos esperábamos sus grandes canciones con Dire Straits y aquellas pocas en solitario que nos sonaran de radio, TV o algún disco furtivo. El transcurso del recital coincidió con nuestras expectativas. Abrió con una de esas conocidas de su carrera en solitario, “What aye man”, para pasar a alegrar al personal con “Walk of life”. Prosiguió con dos temas en solitario de su “Sailing to Philadelphia” para después ponernos románticos con “Romeo & Juliet”. Siguió mostrando su producción personal mientras se sentaba para tomar el té o acompañaba con su guitarra el “oé,oé” del público. Volvió a animar a la parroquia con los famosos “Sultans of swing”.
Fue entonces cuando un problema con la corriente eléctrica interrumpió la actuación. La previsión de arreglo de 5 minutos se tornó en más de media hora, que se aprovechó para mear y charrar con una cerveza en la mano. Volvió con un volumen más alto, dejando un poco de lado sus temas en solitario para centrarse en Hits de Dire Straits como “Telephone graph”, “Brothers in arms”, el fantástico “Money for nothing”, la estupenda “So far away”, para finalizar con la preciosidad de “Local Hero” en versión reducida. Así se acababa. Sin bises, con la misma calma y austeridad que había dominado todo el recital una hora después del reinicio y dos h. y media del inicio.
Habíamos finalizado de ver un show a imagen de su creador. Mark Knopfler no es actualmente un icono mediático del rock. Lo fue a finales del S.XX. Ahora es un musicazo, consciente de lo que ha sido, que sigue arrastrando a las masas que en el pasado le encumbraron (¡ojo! Que en Zaragoza estábamos 8000). Tiene ahora pinta de profesor experimentado. Con sus canas, sus gafas, su porte sin muchos movimientos, sin muchos saludos y sin muchas palabras. Sólo con su guitarra, siempre sin púa, pero con unas notas y unos solos tan deliciosos por su finura como por su precisión. Incluso con su voz denota que ya ha pasado página. No tiene esa vivacidad de Dire Straits pero sigue pisando escenarios con su particular manera de envejecer, haciendo buenas canciones.
A la salida del pabellón, se vislumbró la posibilidad de ir a ver a Judas Priest también en Zaragoza. La duda del precio queda despejada al saber que es de 32,50 €. Ya hablaremos.