En la sección de Opinión de la edición de hoy del Diario del Altoaragon ha aparecido el siguiente escrito:"Conciertos: percusión, perversión y satanismoEs bien cierto que de todas las "Artes Bellas", la música es la más eficaz para mover sentimientos. Así, para unirse a Dios, la religiosa eleva el alma, acompaña al Cielo en la oración. La militar, estimula al soldado, son sus sones viriles y valientes. La clásica consigue la paz y armonía interior, arpegios dulces y ritmo acompasado. Mas hoy, en los tiempos convulsos que vivimos en justa sintonía con ellos, sobre los años 50 del pasado siglo,
aparece una infinita teoría de incitantes y agresivos "compases" de alocada percusión que con éxito demencial y creciente, está haciendo furor en nuestra juventud, pues en su loca algarabía, es cauce fiel y respuesta a sus almas hoy tan agitadas e inquietas... El espectáculo -tan frecuente hoy- de masas juveniles apretujadas, con los brazos en alto, oyendo alucinados y en estado de hipnosis colectiva, ante los conjuntos musicales, en mezcla atronadora de ruidos de instrumentos, con alaridos entre cortados, contorsiones corporales lascivas, nos obliga en forzosa síntesis a alertar y denunc
iar con estas líneas, ante la descomunal progresión que ya ha tomado la más peligrosa distracción juvenil que como jamás una generación, ha impuesto y aceptado. Recordemos pues su terrible y demoníaca historia: El año 1951, un cantante del oeste americano Little-Richard, modificó el "beat" de la población negra del sur. Ello consiste en la repetición incesante de pulsaciones con ritmos sincopados (acentuados en la misma nota). Así en 1954 Alan Fred, invento el vocablo "Rock’n roll", para identificarlo con este ritmo musical juvenil que en el argot americano de los "ghetos" significa "fornicación en movimiento": Ese año aparece Elvis Presley, que ya destacaba en el coro parroquial baptista, por su voz, apostura y talento. Así sublevó a la juventud por sus gestos obscenos y provocadores.
En el año 1977, en la evolución del "rock", se pasa al "Hard -rock", cuyo precursor fue Alice Cooper, se desencadena frenética la percusión. Un paso más se dio con el LSD (ácido), a partir de entonces se une como estimulante la droga y emociones fuertes. En el "Ácido-rock"
aparecen los "Beatles" y los "
Rolling Stones", con ellos la degeneración se ve superada. En 1968, los "Beatles" graban el primer mensaje subliminal blasfemo: "Album blanco del diablo". John Lennon, principal satanista del grupo, murió asesinado el 8/11/1980. Mick Jagger y Keith Richard, músicos de los "Rolling Stones", se consagraron a Satanás en la secta masónica "The Golden Dawn", filial de los "Illuminati", su célebre disco "Simpatía por el diablo", se convirtió e
n el himno de los satanistas. Canta la canción "Hide in your Shell" del grupo "Supertramp": "¿Qué ganarás haciendo tu vida más larga?" -incitación al suicidio-.
La lista existente de conjuntos con influencia satánica, en esta línea de perversión subliminal es interminable. Valga esta leve exposición para meditar sobre el volcán de perversión diabólica, que unido en sus escenarios a drogas, alcohol, violencia y lascivia, atronadores conciertos (más de cien decibelios, cuando más de 90 es agobiante), deslumbrante luz, etcétera, han llevado a esta juvenil generación a estadías de rebelión, depresión, espiritual dejación y falta increencia. No extrañe pues las recientes cifras de abortos, prematuros embarazos y familias deshechas, que si hace más de tres decenios (29/6/1972) el "humo de Satanás" penetrara infernal en el Santo Templo -como espantado proclamara Pablo VI-, sea hoy espeso y negro en los
mundanos conciertos..."
No tengo palabras para describir lo flipado, anonadado y asombrado que me he quedado al leer este texto. He marcado las que más me han impactado, porque no tienen desperdicio. Que haya gente en el Siglo XXI que aun tenga este concepto inquisitorial de la música...
